miércoles, 29 de febrero de 2012

Dawkins contra Williams (1)


Al parecer no ha sido apasionado, quedándose en las mansas aguas de lo que un profesor ha venido a considerar una afable conversación tomando el té. Y es que el tema pactado era elevado, los dos protagonistas relevantes y el foro notable. También pudiera antojarse anacrónico que un biólogo evolucionista y el mismísimo Arzobispo de Canterbury hayan mantenido un debate sobre la naturaleza de los seres humanos y la cuestión acerca de su verdadero origen en la facultad de teología de la Universidad de Oxford.

La discusión sobre la teoría darwiniana de la evolución en la Universidad de Oxford resulta tener sus orígenes en 1860 y sin embargo el debate al que me refiero ha tenido lugar muy recientemente y ha sido televisado. El biólogo en cuestión es Richard Dawkins, conocido militante del ateísmo y del escepticismo. Algo que me resulta curioso por cierto, acaso peligroso, es la etiqueta de biólogo evolucionista, porque puede dar pie a pensar que la evolución es tan sólo una corriente de pensamiento o una escuela dentro de la biología, entendiendo que puedan existir biólogos no evolucionistas. Pero no seamos tan puntillosos y quedémonos sencillamente con el hecho de que el profesor Dawkins se ha centrado, dentro de la biología, en los procesos evolutivos de la vida.

Sinceramente, siendo un chavalín ya me era familiar la Teoría de la Evolución de Darwin, como para cualquier chaval que fuera al colegio, supongo, y si me hubieran preguntado hace unos años, hubiera dicho que probablemente el no reconocimiento de dicha teoría era muy residual, propio de minoritarias sectas. Sin embargo la discusión ha cobrado vigor en los últimos años, especialmente en EEUU. Pero Oxford no es EEUU, aunque existe una ciudad homónima en Mississippi, con excelente nivel educativo por cierto. De modo que los que esperaban leña se han quedado con un palito entre los dientes y cara de haba. En realidad la postura del Arzobispo no ha sido tan apasionada como algunos desearían, llegando a elogiar los escritos del autor de El Gen Egoista, mientras que Dawkins, por poner un ejemplo, ha admitido ser un “anglicano cultural”, que no es poco para alguien que da conferencias por el mundo sobre la inutilidad, a la luz de la ciencia, de considerar la existencia de lo divino.

Uno agradece que la sangre no llegue al río, especialmente por parte de alguien que porta un crucifijo y tiene una posición influyente dentro de la religión. Ciertamente el Arzobispo, Rowan Williams, al que el moderador se dirigía como Dr. Williams, con su voz grave y cejas diablescas impone lo suyo.

El moderador, Anthony Kenny, un filósofo agnóstico comenzó, tras las presentaciones, sentando tres sencillos puntos sobre los que los tres habían de estar de acuerdo. A saber, que creen en la “verdad objetiva”, la lógica y la ciencia. A lo primero apostilló, jocosamente, que esa verdad objetiva no sería simplemente un constructo ideológico que tiene como finalidad mantener abajo a las clases bajas.

De momento dejo estos apuntes sobre un debate que, por supuesto, dio para muchísimo más.

jueves, 23 de febrero de 2012

Retomando el blog

Ha sido una larga inactividad de varios años por la que ha pasado este blog. Razones he tenido muchas y ninguna. Muchas en tanto que ha sido una época de no pocas atribulaciones e importantes cambios vitales. Posiblemente me encuentre bastante oxidado en la tarea de escribir, aunque la lectura sí ha estado más o menos presente. Sin embargo, siento una gran alegría, ya que ese posible óxido acaso provenga de la desoxidación que a lo largo de los últimos tres años y medio he llevado a cabo con otra actividad que anteriormente había dejado apartada, no sin pesar, durante algunos años. Me refiero a la música, en particular tocar el bajo eléctrico.

Inactividad pasajera, lo mismo que pasajera es, espero que por un periodo mucho menor, la inactividad física por la que paso actualmente debido a una fractura de tibia y peroné, y es que mucho han cambiado los monopatines, (perdón, skateboards) desde que yo era niño, o mucho me temo que más he cambiado yo, porque los dígitos de mi edad ya no dicen que esté en esa época de la vida denominada "juventud". Y esto pese a que la idea de lo que se considera juventud se ha extendido en el tiempo notablemente. Una alegría. En cuanto a la prognosis, se dice que restitutio ad integrum no ocurre. Para seguir por alegrías.

O bien ninguna (razón), decía, porque bien pudiera haber continuado aunque hubiera sido esporádicamente con algún comentario aquí, alguna crítica allá o simplemente sacando a la luz viejos poemas no publicados. En cualquier caso, las circunstancias posiblemente me hayan hecho barruntar la idea de retomar el blog, y de este modo incorporarlo a la “vida normal” prometida por el traumatólogo para después de la correspondiente rehabilitación.

Había pensado escribir directamente sobre cualquier cosa, la actualidad política y social está bien servidita, pero me ha salido esta suerte de justificación mientras reviso las disparidades semánticas que puedan existir entre restitutio ad integrum y “vida normal.”

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