martes, 2 de octubre de 2007

Fotos y banderas

Según el nuevo diario Público, En el Reino Unido y en los Estados Unidos no están penados actos contra símbolos nacionales como la bandera. A mí siempre me ha parecido un poco infantil el tema de las banderas, tanto idolatrarlas como quemarlas, claro que las instituciones e ideologías que subyacen a tales actuaciones no son bagatelas. En España, la idea de república está denostada y malinterpretada por muchos, esos que ven solo ultraizquierda. La república es un sistema de organización del estado en el que tienen cabida todas las opciones políticas. Si bien existe una cierta ideología que la sustenta (casi todo tiene ideologías subyacentes dentro de una sociocultura).

El pasado republicano del PSOE quedó diluido por la Transición, en la cual jugó su papel. Incluso Carrillo, ayer en televisión defendió la monarquía diciendo que es la ultraderecha la que la rechaza. La ultraderecha rechaza la monarquía parlamentaria por monarquía y por parlamentaria. Estas posturas son fáciles de entender si consideramos la importancia que tuvo en su día la legalización del Partido Comunista y cómo el Partido Socialista ha venido ocupando un lugar poderoso dentro del espectro político de país. Es de buen nacido ser agradecido.

Pero el ciudadano debe tener libertad para opinar sobre los partidos políticos, las instituciones y también sobre el sistema mismo. La defensa que el Rey ha hecho de la institución que representa (o sea, de sí mismo) se basa en el progreso logrado, tratando de justificar mediante la praxis la existencia de una base ideológica que procura la sucesión de poderes y privilegios por vía de sangre. Sobre esto, todo ciudadano debe tener derecho a expresarse.

lunes, 24 de septiembre de 2007

Deshilado está el hálito inprístino
de la fuente, que de seda cruda fuera
cuando urdida la sangre dulce
trama brutal la convirtió en tela.
Desgarros del tiempo vil
y manchas de la mente reflejada
en espejos deformantes.
Estas, excelsas se posan
y aquellos callados progresan.
Transfiguran los tintes las máculas,
pero agria está ya la sangre
acartonada en el altillo,
gritando muda, reflejándose
en las paredes exangües.
Sangre quieta, vendrá un hornillo
súcubo para licuarte ya río
maldito por su querencia del mar,
que limpie con sal la urdimbre,
paño de vida que convierte en vino
las máculas azarosas caídas
en los márgenes de la existencia.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Describo círculos

Describo círculos,
miro adentro y mil ópalos se retuercen
en ahogada sinfonía de silencios.
Formas inconexas
vagan por vericuetos inexplorables.

Se ralentiza el mundo,
la búsqueda se detiene callada
y ya no queda nada
y muero en vida por la vida conocer
y amar colores de efluvios salados,
razón intuida de pasión inagotable.

Vuela y hazme pequeño,
llévame por mares desconocidos,
renueva en mi, ave onírica,
las pasiones olvidadas.

martes, 11 de septiembre de 2007

Google sabe demasiado

Parecemos haber llegado al consenso de que cada vez estamos más “pillados” por todos lados. Hace ya tiempo, antes de Internet, el Gran Hermano era Hacienda. El estado era (y es) poseedor de los recursos. En el imaginario de décadas pasadas aparecen ordenadores como camiones, una miríada de rollos de cinta magnética, habitaciones llenas de monitores de fósforo verde y naranja y resquebrajados sonidos de impresoras. Recuerdo que en la época en que nos sacábamos nuestros primeros DNI, un chaval explicó por qué te pasabas varias semanas con el resguardo hasta que llegaba tu flamante carné: tus datos tienen que ser introducidos en los dos ordenadores de España. Toma ya, no es que en España hubiera entonces solo dos ordenadores, sino el título oficial de los ingenios informáticos donde constábamos todos los españoles (con DNI, al menos), una institución más. Ahora, muchos de nosotros vamos ofreciendo nuestros datos por la red, como es el caso de las farragosas plataformas de búsqueda de empleo.

Resulta que, según un artículo publicado hoy en elpais.com, Google “sabe demasiado” de nosotros y se guardan diversos datos sobre nuestras búsquedas y actividades en la red. Una cosa es obvia, Google es un gigante. La primera vez que vi Google me gustó su simplicidad y en seguida lo planté como página de inicio. Como Yahoo y algunos otros parecían estar inflando la "burbuja cibernética", me daba a mí como que el Google era lo más cool. Recientemente he comenzado a usar hasta el Google calendar, y eso que siempre he sido reticente a tener información en servidores, prefiriendo tenerlo todo (o lo máximo posible) en mi propio ordenador (por ejemplo el correo electrónico mediante el correspondiente programa de gestión del mismo en lugar del correo web). Total, que estoy metido hasta las cejas en el mainstream, ¡con lo que me atrae a mí la calidad selecta de la minoría!

Teniendo en cuenta que las leyes de protección de datos no son iguales en EEUU que en España / UE, cómo sabes que nadie se entretiene en California curioseando tus citas. Hay una respuesta inmediata: quien te crees para pensar que tus citas le puedan interesar a alguien. Claro que si eres famoso la cosa cambia. ¿Y los delincuentes? ¿Y los terroristas? No creo que planeen sus actividades con Google calendar, ¿o sí? Eso sería la repera. Oops, el g-mail chat ataca. Hasta otro día.

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Google/sabe/demasiado/elpeputec/20070911elpepisoc_2/Tes

jueves, 6 de septiembre de 2007

Natural Fractals

Un buen amigote me dijo en cierta ocasión mientras le daba la brasa con metal industrial acá, rock progresivo allá, que por favor le pusiera algo más folk. Oye, pues también existe el folk metal. No me digas. Joder, con su violín y su mandolina, y encima son ecologistas y todo. ¿Y cómo se llamaban? Skyclad.

Ahora que Ritichie Blackmore anda con sus noches medievales uno se pregunta qué demonios hacía décadas atrás quemando Marshalls y tirando Stratos por los aires. Son cosas de la edad. ¿Lo de quemar los Marshalls o lo de las noches medievales? Pues digamos las dos, ¿no? Bueno, y entonces eso es música celta ¿no? Ah, pues no sé. Esto anda un poco liado diría Cela. A ver, ¿como los Celtas Cortos? Puf, andamos despistados. Centrémonos. Mi amigo quería algo más folk. Pero ¿cómo de folk? Digamos Cat Stevens, digamos que bastaría con Paul Simon. Pero eso es pop oiga. Pero es más folk. O sea, que hay gradación. Pues claro, el industrial es más cañero que el progresivo. Ah, ¡pues haberlo dicho antes! Pero eso qué tiene que ver, más liado anda esto.

¿Y si decimos freestyle folk? Eso tiene que ser la hostia (como jugar al póquer y ganar). ¿Y si decimos natural fractals? ¿Y eso que es? Pues como una coliflor hecha de fórmulas matemáticas. Ah. ¿Y eso está bonito? Pues sí, mucho. ¿Y donde se ve eso? No, no; se escucha. ¿Dónde? Aquí.


lunes, 20 de agosto de 2007

Bremazal

Burbúreos burdeles

berbejean en el barbazo,

y los burriles barrotes

berbequean con briznas de brúas.

Reverberan la rebroza

en lindos berbequíes

cuando brulean en el bruzón

los brudos relibroes.

Bizarros berrocales

berborrean la berberata

con bramines burdos

que brucean bracamente.

Es un brazo de mi brizna

lo que brindica mi brozar,

y brijotes de bruma

bromean con su brecar.

Blusters bronadores

bralendaron este briema.


sábado, 18 de agosto de 2007

Crítica literaria, críticos y edición crítica

Incluyo un comentario introducido por mí en
http://www.normalizado.com/2007/06/19/critica-literaria-i/

La crítica literaria como ámbito de conocimiento y actividad profesional es para mí perfectamente defendible, lo cierto es que cuando el crítico obtiene una posición importante como tal dentro del establishment literario debe demostrar su integridad, conocimiento e independencia, bien pudiéndose dejar llevar por simpatías y antipatías, intereses económicos creados y otras presiones propias o externas.

Por otra parte, la edición crítica siempre debería ser el mejor medio de lectura, sin embargo, éstas aparecen sobre textos que la crítica ya ha sancionado como relevantes en determinado ámbito literario y que además están más o menos libres en cuanto a derechos de autor. Además, cuando leemos novelas más o menos recientes disponemos del mero texto por cuestión de tiempo y porque el interés del lector (y del mercado) suele estar en el escapismo y el entretenimiento más que en el análisis filológico, lo cual es del todo natural.

jueves, 16 de agosto de 2007

Ya entretejo ignotas melodías,
cálida sangre del tejido primero
que arrulla el frío salón de cristales
del ontosentir bajo la leve ausencia.
Acompañan racimos de pulsiones,
apenas domeñados por los ocres
guardianes de la torre sagrada
cuyas lanzas señalan en silencio
los más suaves deseos.
Pegaso, maculado de sangre
graceja frente a mi ventanal
con delgados mensajes de éter.
Ya mi alma sonríe secreta
al cómplice bello de mi destino,
que con dulce guiño amansa
los truenos vivaces del centro
de mi carne que tiembla sensible.

Tierras

Planeta de lunas-espejo,
agua rápida petrificada en el instante lento
de cuarzo, granito y fango.
Me clavo en ti suave y me ahogas de vida.
Duelo en ti yo cuando nacen peces de mi boca
y mi corazón muere transmutado en rosa.
Ay, cuerpo de espinas hacia dentro.
Báñame tierra, ungido con el estertor de tus poros,
píntame en un cristal oscuro y guárdame con tus tesoros,
donde se oye la luz primera

cuando se escucha el viaje antiguo.

miércoles, 15 de agosto de 2007

Buscaba el poeta la palabra recóndita
y se ahogaba en el vino trágico,
tan lleno de sí mismo, que regalando
poemas llamaba al mundo callado.
La negación agradece que fuera su
lacayo fiel, al servicio del dios Dolor,
maldito invitado al festín del Olimpo
que roba las llaves de la torre de marfil,
espuma de mar que se hace ocre
con el paso del tiempo.

Afirmaba el no, el poeta muerto de vida,
entre la mañana de objetos desconocidos
por la locura cegadora, y los transeúntes,
distraídos por el nuevo día, se apresuraban
a rebuscar entre las calles su propia razón,
aquella que el poeta no quería necesitar.

Y la locura se tornó llanto de muerte propia,
llegando a llanto de madre, cuando ya la tarde,
sucia y despiadada, golpeaba la ribera
del río amarillento cargado de miedo.

Una y lineal

Rancios pero sugerentes, carga de recuerdos tan vagos que apenas son sensaciones, los hechos pasados de la vida relampaguean, marcando impresiones que se desvanecen en segundos. Un periódico antiguo, una década, una adolescencia venida a juventud, una juventud que espera una madurez que habrá de mirar atrás para hacer la catarsis validadora.

Hacer historia del presente, inusual conciencia de la mirada al pasado futuro. ¿Acaso no sería mejor experienciar la vida picoteando a placer de entre todos los momentos? Extrema y gozosa variedad. Ahora viajar con tu amor de madurez, ahora juegos infantiles, ahora conocer para luego descubrir. De este modo rellenaríamos poco a poco las zonas temporales de nuestra vida hasta completar el entramado de la existencia individual, y así, al carecer de linealidad temporal no nos preguntaríamos por el significado de nuestra vida y menos aún intentaríamos justificar nuestros actos.

La linealidad de la vida es en extremo tediosa por dos razones, por línea y por única. Quizá sean las personas con desdoblamiento de personalidad las más listas, aunque los psiquiatras traten desesperadamente de eliminar uno de los yo del enfermo para recuperarlo a la sana unicidad. ¡Tracemos lineas virtuales que despeguen de su matriz y busquen la perfección de la parábola, la sinuosidad de la contracurva, la despreocupación del arabesco! También se me ocurre deshacer la línea en multitud de ellas, los fanáticos del significado bien podrían devanarse los sesos en busca de la fórmula que procure el resultado del sumatorio de las fuerzas que todas esas líneas ejerzan. ¿Cual es la tónica del acorde de nuestras vidas?

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